ESCUCHO A MI CUERPO
Te doy cobijo A cambio me darás el bosque para respirar tu sosiego y el océano bravo para beber de tu aire más salvaje Me alimentarás sin exceso Deberás frotar el yeso y pulir el barro Si es preciso Cuidarás los pilares para que nada se derrumbe antes de tiempo para que cuando llegue la hora y te marches con la memoria satisfecha de quien aquí fuiste puedas decir felizmente adiós antes de entregarme al sepulturero